martes, 8 de noviembre de 2016

La Pasajera

Una de las líneas de trabajo que he decidido seguir con mis muñecas Blythe es la de muñecas literarias. Esto es, muñecas basadas en personajes de relatos o novelas clásicas y modernas y en escritoras. Estoy muy contenta con esa elección porque son una fuente inagotable de recursos y de inspiración. Las escritoras me dan la oportunidad de buscar los rasgos característicos de un rostro para tratar de imitarlo, y los personajes literarios la capacidad de proyectar mi propia visión de lo leído. 

He estado trabajando en unas muñecas basadas en relatos del grupo artístico Hijos de Mary Shelley, que han participado ya en algunos eventos del grupo, como las intervenciones en el festival Celsius 232 o el proyecto de turismo cultural Diodati se mueve. Más adelante os hablaremos de esas cosas, porque ahora quiero presentaros a la primera de esas muñecas: La Pasajera.


La Pasajera está basada en el personaje principal del relato retrofuturista de María Zaragoza No más de tres minutos de alma incluido en el último volumen de la colección de Hijos de Mary Shelley Las noches de Clairmont. La protagonista, cuyo nombre en clave es La Pasajera, viajará por el tiempo para conseguir pedazos de alma de personajes famosos para Los Coleccionistas, unos siniestros personajes que habitan el futuro. En su primera misión conocerá a Polidori, con el resultado de un bucle temporal siniestro. 




A pesar de que salí ilesa de la guerra, al año siguiente pasé una época en el hospital comunal porque una niña de los Supervivientes me clavó un tenedor en un ojo. No lo perdí, pero la pupila quedó dilatada para siempre y el iris se tornó amarillento.
-Un ojo de cada color -dijo la mujer que se presentó ante mí-, no cabe duda, es ella.  


Fue entonces que me habló de los coleccionistas, gente rica, aburrida, cuyo afán no era otro que atesorar lo que nadie más pudiera tener. La última moda era atrapar pedazos de alma de personajes famosos en la historia. Y por eso me necesitaban a mí: alguien que podría viajar por el tiempo para encontrarlas. Alguien que no figuraba en ningún libro, en ningún cuento, alguien de quien no quedaba registro histórico, una persona a la que nadie echaría de menos.


Hasta que no tuve un mechón blanco entero, sobresaliendo de mi cabeza como la culpabilidad misma, no paré. Y después, aún hoy, de vez en cuando, lo visito en su lecho de muerte para que no muera solo.  

Espero que os haya gustado la muñeca. Es una fake Blythe  con todos los complementos (incluida la máquina para robar el alma), ropa, carving y maquillaje hechos por mí. El mechón blanco del pelo también lo he añadido yo al color fucsia original. Las botas son recicladas de una muñeca tipo Barbie, pero la capa superior abotonada es casera. Los chips de los ojos son originales dos juegos y los otros dos de Cool Cat, usando uno azul y otro dorado en cada caso. 

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